jueves, 13 de septiembre de 2007

Franz Liszt, “el nacimiento de la pasión, los ensueños sin límite, emoción delirante, explosiones de ternura, celos, furia, temor y amor”

Liszt nació en 1811 a treinta millas de Viena, su madre era austríaca, y desde su infancia, residió principalmente en la Europa central u occidental. Si bien es de apellido húngaro, Franz Liszt no sabia hablar el idioma, solo manejaba el francés, y pese a que compuso obras como las rapsodias húngaras no fue un compositor netamente nacionalista. Liszt muere en 1886.
Liszt fue un virtuoso que supo explotar todas sus condiciones no solo como compositor sino como intérprete, quien logró, al igual que Paganini con su violín extraer del piano las sonoridades mas profundas contenidas en el alma del instrumento y no se habían descubierto en la historia del mismo. No se limitó a hacer transcripciones para piano de las posibilidades del violín o cualquier otro instrumento.
A los quince años Liszt ya había compuesto un “Estudio para piano con 48 ejercicios en todas las claves de los modos mayor y menor”, estudios técnicos avanzados.
Sus obras pianísticas encierran tecnicismos que fueron maravillosos en su época y siguen siéndolo hoy. Su virtuosismo se caracterizó por ser innovador y utilizar diferentes recursos pianísticos como por ejemplo: los juegos con los pasajes en octavas o en décimas, o con efectos de acordes cromáticos, con la técnica de los saltos, de las manos cruzadas, las cadenas de trinos, los arpegios y las diferentes formas de ornamentar las melodías.
Liszt, como buen virtuoso, quiso mostrar su arte en cuanta oportunidad se le presentara (a diferencia de Chopin). Casi toda su vida compuso ante todo pensando en el público, en el podio de las salas de concierto; solamente al fin de sus días compuso obras que son realmente monólogos.
Como músico nunca fue capaz de apaciguar sus pasiones y el ansia revolucionaria de su corazón.
Liszt representa la apropiación creativa, improvisada, rapsódica, de de la temática melódica ajena con fines virtuosistas y para la exhibición de bravura.
Asumió una postura distinta como virtuoso, ya que atacó sin misericordia a los músicos meramente virtuosos, y en consecuencia les superó en virtuosismo, porque él fue uno de los grandes genios de la composición románica.
Pero su obra no se destaca solamente por su tecnicismo, sino que este se fundamenta en el intento de plasmar a través de una creatividad muy desarrollada y de la retórica, las ideas y los sentimientos románticos. Su gran logro fue plasmar impresiones a través de las ideas literarias.
El virtuosismo que Liszt plasmó en sus obras no fue apreciado por el público hasta que él consideró que éste estaba preparado para oír sus nuevas ideas musicales.
Las obras que destacan un gran virtuosismo son sus “Estudios trascendentales”, por ejemplo, o también su cuarteto de cuerdas, que ofrece poéticos contrastes.
La obra de Liszt se compone de muchísimas obras virtuosas entre ellas sonatas, concierto para piano y orquesta, estudios, fantasías, polonesas, rapsodias, baladas, transcripciones, etc.
Liszt es el verdadero antecesor de la música del siglo XX, con sus empleos libres de la tríada aumentada entre otros detalles, es genuinamente la figura dominante de las tendencias “progresistas” en música. Con su melodramatismo, su estética, su retórica, su optimismo, el caer en lo ampuloso, sus impetuosas octavas cromáticas, las delicadas filigranas de sus cadencias o su armonía de una riqueza recargada, logró imponer su posición de virtuoso, de genio.

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