miércoles, 23 de enero de 2008

Músico busca pareja

[ "Músico busca pareja" ]

Busco quedar ligado a una mujer, sea blanca o negra, no importa, de
figura afinada o por lo menos armónica, acorde a mis ritmos, alegre
ma non troppo y que hubiese incorporado ciertos adagios, cuerda (que
no le falle la clavija, se salga de pista, ni que le dé a la caña
cuando le preste las llaves), que no hable en claves antiguas ni
tenga ganas de escorchear con temas de motivos repetitivos ni se
haga la sordina cuando sea necesario hacer puente (respetando mis
silencios y espacios o sabiendo leer entrelíneas) y que, sin forzar
unísonos ni barras divisorias, esté a tono con mis ideales sin la
violencia de batir el parche sino dando siempre la nota compás y, en
lo posible, sin costos adicionales.

Yo la tengo clarinete: siempre y cuando no sea una trompeta, me
chamuye sobre un triángulo o venga con el bombo, a mí me importa un
corno si carece de guitarra, aunque sería mejor que viniera
contrabajo para no tener que pasar el platillo en algún transporte.

De elegancia clásica con algún toque rococó y sin falsos
impresionismos, romántica, de edad media aunque contemporánea, que
cuando la vean todos digan "¡a la flauta!", luminosa como un sol,
poseedora de un registro superior notoriamente engrosado, los medios
más bien planos y bajos sólidos de buenos cantos, se apreciará
grandemente que gobierne la técnica de soplido con la lengüeta (con
labios firmes embocadura) y la de ambas manos, manejando el
repertorio académico sin descuidar ser popular, no sólo en la
posición fundamental sino también en todas las inversiones con sus
respectivas variaciones y movimientos, eludiendo ser dominante sino
mediante su ser sensible carente de alteraciones, con experiencia en
haber sostenido relaciones moduladas sin demasiados bemoles.

Que después de cenar la cazuela y con naturales crescendos y
accelerandos no tenga dificultades en la tertulia para decir que sí
y disfrutar trémolos y vibratos en el foso con el que la viola y
llegar al paraíso, aunque sea de parado (en vez de andar diciendo
por las noches "que la cabeza melodía" dejándome de puntillo y
trinando). Por lo que tendrán especial consideración las que
carezcan de inconvenientes para llegar repetidamente a casilla uno
y, después de varios da capo, puedan anunciar el brioso final
pasando decididamente a la coda.

Esta Sílfide, Giselle, Carmen, Bella Durmiente, Elegíaca del
Destino, Heroica y Patética, que desayuna galletitas Ópera y unta La
Traviata, seleccionada entre 1812, que a los 15 años en un picnic
estudiantil tuvo su primera Consagración de la Primavera en plena
Pastoral, tendrá las Bodas de Fígaro con un verdadero Príncipe Igor,
quien en La Coronación le ofrecerá no sólo El Anillo de los
Nibelungos sino todo El Oro del Rhin y collares de Corales, y que,
evitando su fuga y tras varias tocatas, se compromete a hacerle
conocer La Pasión y Gloria durante Las Cuatro Estaciones.

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